La Asociación Nacional del Olivar Tradicional (Asolite) cifra en más de 800 los agricultores que ayer participaron en la concentración ante el Parlamentro andaluz para exigir soluciones para el olivar tradicional en una jornada en la que la junta rectora de Asolite mantuvo reuniones con los grupos parlamentarios del Partido Popular, Ciudadanos, Vox, PSOE y Adelante Andalucía.

Llegados desde toda la provincia de Jaén, Córdoba, Granada y Ciudad Real, los agricultores participaron en la concentración para exigir medidas que solucionen la situación actual del sector del aceite de oliva y, ante todo, del futuro próximo del olivar tradicional de España. Las medidas que se han trasladado a todos los grupos parlamentarios han sido: protección y dotación económica al olivar tradicional en la nueva PAC; luchar contra la competencia desleal por las importaciones de aceite de países extracomunitarios; el almacenamiento privado no es solución. “Mientras que nuestro aceite pierde calidad en nuestras bodegas, aumenta el endeudamiento de los cosecheros esperando un desabastecimiento del mercado que nunca llega”, aseguran.

Por ello, Asolite ha solicitado que todos los partidos con representación en la Unión Europea exijan el cumplimiento del Principio de Preferencia Comunitaria; la revisión urgente de los acuerdos comerciales firmados con países extracomunitarios; y la reciprocidad; es decir, que aquellos terceros países importadores cumplan las mismas normas de calidad y trazabilidad que nuestro aceite.

Otra de las medidas trasladadas ha sido “la lucha contra el fraude en el etiquetado del aceite de oliva. A este respecto, desde Asolite se ha exigido la prohibición de las mezclas de aceite, ya sea entre aceites de oliva importados y propios llevados a cabo por envasadoras o entre aceites de distinta materia prima (aceite de colza, de palma… + aceite de oliva = aceite de oliva). Esto es un engaño al consumidor y un gravísimo perjuicio para los olivareros. Y esto se agrava, además, cuando el consumidor que acude a un lineal de una gran superficie no puede distinguir el origen del aceite que adquiere porque, simplemente, no aparece en la etiqueta. Lo que lleva, sin más remedio, a imponer urgentemente un etiquetado con una regulación específica y que incluya origen y trazabilidad”, asegura.

Y añade: “Además de estas medidas, en las que todos los grupos parlamentarios han mostrado su acuerdo y compromiso en defender, también se ha hablado, y mucho, de los elevados costes de producción del aceite de oliva procedente de olivar tradicional en comparación con otros tipos de plantación, el nivel de pendiente (campiña o alta montaña), o si es secano o tiene riego. Está claro que un olivar en superintensivo necesita menos mano de obra y mucha más agua que un olivar tradicional, en cualquiera de sus facetas y es el más rentable de todos. Por ello, a menor coste de producción, los márgenes de venta son mayores, lo que deja al aceite procedente de olivar tradicional en clara desventaja en el mercado, cuando en realidad es el que más empleo crea, más respeta el medio ambiente y el que fija la población en las zonas rurales en la tal nombrada España vaciada. Estas son algunas de las medidas que se han expuesto a lo largo de las reuniones que se han alargado hasta las cuatro de la tarde y que, en la mayoría de los casos, han finalizado con el compromiso de cerrar nuevos encuentros en breve plazo para poder tratar en profundidad estos y otros problemas que asfixian a los olivareros y por los que están luchando los cientos de agricultores del olivar tradicional español”.

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