Concluye un año que se abría con la entrada en vigor de la nueva PAC y se cierra con la sentencia que anula el acuerdo con Marruecos. En medio, situaciones delicadas que han afectado a algunos sectores, como la crisis láctea o los efectos del veto ruso, pero también cuestiones transversales como la subida de los costes de producción (un 46%), la ligera subida de la renta agraria (que no palía la caída acumulada del 30% en la última década) y la amenaza de sequía. Por lo que respecta a los precios, han tenido un comportamiento negativo, en general. Así lo resume COAG Andalucía, organización que ha hecho un repaso por los principales sectores productivos. Ante la escasez de lluvias y las temperaturas anormalmente altas, el sector teme que se produzcan mermas importantes en sectores como los cereales, el olivar o las hortalizas de invierno.

 

Por lo que respecta al sector del olivar, la producción de 850.000 toneladas de aceite de oliva, un 53% menor que la anterior, generó una tensión enorme en los mercados, con un importante aumento del precio en origen, superando los 4 euros en el mes de septiembre, por unas existencias mínimas que hicieron que la campaña de comercialización finalizara con stock cero. Hay que destacar que esta subida de precio no afectó sustancialmente a la renta de los olivareros, debido a la escasa producción, pero esta mínima disponibilidad de producto sí repercutió en los lineales, con lo que el consumo se vio perjudicado, asegura la organización agraria en un comunicado.

 

En este clima de tensión en el mercado la Comisión decidió aumentar en 35.000 toneladas el acceso sin arancel de aceite de oliva de Túnez durante dos años, que se suma a las 56.700 toneladas ya concedidas al país magrebí, escudándose en el apoyo al desarrollo del país. COAG ha subrayado que esta medida afecta de forma directa al mercado, pero no precisamente para estabilizarlo, ya que altera discriminatoriamente la ley de oferta y demanda a favor de distribuidoras y envasadoras que controlan el mercado del aceite de oliva, se´gún añade.

 

“Desde COAG hemos solicitado que se pongan en marcha todos los mecanismos de estabilización de precios con los que cuenta el sector para que no se trasladen los picos de precios a los consumidores y que garanticen la renta de los agricultores”, asegura.

 

En cuanto a la aceituna de mesa, a pesar de que el año ha sido climatológicamente muy seco, con una primavera con golpes de calor en mayo y un verano con temperaturas nocturnas muy elevadas, la producción final no se ha visto mermada, aunque la sequía sí ha afectado a la calidad, con menores calibres. Sin embargo, “la industria ha aceptado todo, con fines meramente especulativos, cubriendo los mercados de una forma que en nada beneficia al prestigio de nuestra aceituna. Los precios han subido un 30% de media respecto a  la campaña pasada, pero un año más no han llegado a cubrir los costes de producción”, señala.

 

Un aspecto muy importante para el sector en esta campaña ha sido el proceso ya casi finalizado de la creación de la figura de calidad de la IGP Aceituna Manzanilla y Gordal de Sevilla. En este sentido, y en apoyo a la calidad y la información al consumidor, desde COAG “hemos seguido solicitando al Ministerio que incluya en la Norma de Calidad de la aceituna de mesa la obligación de incluir la variedad en el etiquetado”.

 

Otro aspecto destacable ha sido la campaña de inspecciones que por primera vez se han llevado a cabo desde la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) para el cumplimiento de la obligación de suscribir contratos por escrito en las operaciones de compraventa de aceituna.

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