COAG-Jaén apuesta por seguir con las movilizaciones cuando la crisis sanitaria lo permita para conseguir las reformas estructurales que han quedado paralizadas tras la llegada de la COVID-19. Así lo pone de manifiesto la organización en un balance del año agrario y ganadero en la provincia de Jaén, en un 2020 que está a punto de finalizar.

El año comenzó con una movilización sin precedentes que tuvo su origen en la provincia de Jaén y el sector del olivar ante la crisis de precios y la necesidad de reformas estructurales que le den estabilidad, y que después se extendió a toda España y la agricultura en general.

A raíz de esas movilizaciones se produjo una reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, una de las reivindicaciones de las movilizaciones, que, sin embargo, necesita que sea aplicada por parte del Estado.

De hecho, Juan Luís Ávila, responsable del olivar de COAG y secretario general de COAG Jaén, ha denunciado durante el año “coacciones a cooperativas para que vendan por debajo de costes. Prácticas mafiosas para intentar sortear la reforma de la Ley de mejora de la Cadena Alimentaria que obliga a pagar por encima de costes a los agricultores”.

Durante el primer estado de alarma y el confinamiento los agricultores han seguido trabajando para poder abastecer los mercados a pesar de las circunstancias e incluso han colaborado en la desinfección de los municipios, y en el caso de los ganaderos han donado carne de cordero para residencias y hospitales.

Sector oleícola

En el sector del olivar, por un lado, la falta de lluvia de los últimos meses afectó especialmente a los secanos, lo que hacía prever una reducción de la cantidad de la aceituna. Y por otro, esta misma falta de agua, obligaba a finales del mes de noviembre a paralizar la recogida de la aceituna en algunos tajos al obtener rendimientos muy bajos.

La recolección se había adelantado este año en al menos quince días, por la climatología y por las condiciones sanitarias exigidas por el coronavirus. Sin embargo, en algunas zonas de secanos y en regadíos muy abundantes, después de comenzar la recogida tuvieron que paralizar el trabajo por rendimientos de alrededor de un 13-14 %, muy por debajo de lo normal, para esta fecha (17-19 %).

Esta pérdida de aceite puede ocasionar que las buenas previsiones de aceite que se barajaban para Jaén de 670.000 toneladas de aceite y 3.095.000 toneladas de aceituna, un 69 % más que en la anterior campaña 2019/2020 y un 34,2 % más que la media de las últimas cinco campañas, se reduzcan, según asegura la organización agraria.

En cuanto a los precios, en los últimos meses se está registrando una lenta subida de precios consiguiendo remontar los dos euros, pero sin llegar a alcanzar los costes de producción. Según el PoolRed, esta última semana el precio medio estaba a 2.39 euros, el virgen extra a 2,54 euros, mientras que el aceite de oliva se situaba a 2,17 euros y el lampante a 1,87 euros. 

La situación sanitaria y el protocolo para evitar rebrotes de casos de la COVID-19, es otro de los grandes condicionantes e incertidumbres que están marcando la campaña de este año.

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