La Asociación Profesional Española de la Producción Ecológica, Ecovalia, considera que reducir la producción ecológica a un eco-esquema supondría un freno al esfuerzo necesario para lograr el objetivo del 25% de superficie ecológica en España. La producción ecológica debe tener presupuesto suficiente en el II pilar para nuevas incorporaciones y mantenimiento.

La producción ecológica está desempeñando un papel cada vez más importante en la producción de alimentos, respaldado por la creciente demanda de los consumidores. No en vano, en España somos líderes europeos en superficie y partimos de una buena posición para cumplir los objetivos propuestos. Además, laproducción ecológica tiene el desafío en esta nueva PAC de abanderar la transición ecológica necesaria en todos los órdenes de la economía, papel que se le ha asignado por haber demostrado en los últimos 30 años su validez como sistema de producción de alimentos sanos, seguros, que genera empleo, mantiene población activa en el territorio y es eficaz en la lucha contra el cambio climático.

El presidente de Ecovalia, Álvaro Barrera, señala que “la producción ecológica requiere la financiación necesaria para liderar la transición a una economía verde con la que alcanzar los retos del Green Deal (Pacto Verde Europeo). Por ello, no puede ser reducida a un eco-esquema cuando cumple con creces todos los propuestos. Para consolidar lo recorrido y avanzar hacia el 25% de superficie, debe contar en el segundo pilar de la PAC con el presupuesto necesario para mantenimiento de los productores actuales y para nuevas incorporaciones, sin exclusiones, así como tener la compatibilidad con los eco esquemas del primer pilar”, concluye Barrera.

Desde Ecovalia“defendemos una PAC de consenso, que contribuya a la sostenibilidad de todos los ecosistemas agrarios de este país y que proporcione estabilidad a agricultores y ganaderos, con el presupuesto necesario para poder afrontar con éxito las importantes y necesarias oportunidades que se nos plantean. Una PAC que se implante con una transición equilibrada, que permita a todos los elementos de la cadena agroalimentaria contribuir a proveer a la sociedad de la seguridad alimentaria necesaria, asumiendo nuestra cuota de responsabilidad en la lucha contra el cambio climático”.

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