“Si hay una provincia con argumentos más que suficientes para estar preocupados por el uso de la biomasa como energía renovable, esa es la provincia de Jaén”. Así se ha manifestado el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, antes de recibir a representantes del colectivo Unión por la Biomasa, un foro que parte como iniciativa de los productores de biomasas agrícolas y las cooperativas agrarias y ganaderas, los productores de biomasas forestales y los productores de energía procedente de las biomasas, y en el que se integra el sector español de la biomasa con objeto llevar a cabo una defensa conjunta y coordinada de sus intereses comunes ante las administraciones nacional y autonómicas con objeto de promover el aprovechamiento energético de la biomasa en España.

 

Francisco Reyes ha insistido en las ventajas económicas y medioambientales para la provincia de Jaén, “pues creemos que en un territorio como el nuestro, donde el aprovechamiento de la biomasa nos convierte en un lugar de referencia de las energías renovables y en cuanto a la eliminación de las emisiones de CO2, también desde el punto de vista económico es un sector fundamental”, ha enfatizado, a la vez que ha recordado la apuesta de la Administración en esta materia desde hace muchos años. “Vemos una oportunidad de empleo que no es deslocalizable, es decir, que tiene que hacerse en nuestras sierras, en nuestros montes y en ese mar de olivos con el que contamos en la provincia de Jaén”.

En este sentido, el presidente de la Diputación ha lamentado que España esté dando pasos atrás en la apuesta por las energías renovables, “máxime si tenemos en cuenta que hemos sido un país de referencia”.

 

Por su parte, el presidente de Unión por la Biomasa, Eduardo Llorente, ha puntualizado que “se trata de una industria que crea riqueza, puestos de trabajo y que influye en la eliminación de gases de efecto invernadero, y que en el ámbito forestal, contribuye a evitar incendios”. Argumentos que, según Llorente, “compensan sobradamente cualquier tipo de coste económico que le pueda suponer al Estado mediante subvenciones”. Precisamente, todas estas ventajas son las que exponen a instituciones “para sumar y remar todos en la misma dirección”. “A día de hoy, existe un problema de coordinación entre los distintos ministerios que tienen que hacer esta suma, y darse cuenta de que la biomasa no es solo un productor de déficit eléctrico, pues hay otras virtudes que hay que contabilizar, como la reducción de CO2 que este tipo de plantas tiene, y que supera con creces el coste en ayudas públicas que se puedan obtener”, ha concluido Eduardo Llorente.

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