Si no hay contratiempo en estos meses por tanta incertidumbre y tanta inestabilidad, en septiembre se celebrará Expoliva 2021, uno de los eventos que más interés suscita en el mundo oleícola por lo que denomino “La alegría del aceite”, aunque está por ver si este año habrá motivos para estar alegres.

La pandemia ha trastocado casi todo y la Feria Internacional del Aceite de Oliva e Industrias Afines no iba a ser menos ni se iba a escapar de sus temidos efectos. Por eso ha cambiado su formato temporal y ha pasado de mayo a septiembre, con la novedad de aumentar de cuatro a cinco jornadas los días de feria expositiva, propuesta que se antoja a priori acertada a la vista de la situación de vacilación y de pocas certezas que se ciernen sobre el futuro.

Expoliva es uno de los santo y seña de la provincia de Jaén, por lo que debe explorar todas las vías para su celebración y no suspender a la ligera esta cita de campanillas en el calendario ferial, siempre claro está que las circunstancias así lo permitan con las máximas y plenas garantías, controlando el flujo de asistencia y sin descartar las medidas restrictivas que pudieran ser precisas.

Son veinte ediciones y camino ya de 38 años del viejo sueño de Hermenegildo Terrados que se hizo realidad en 1983 en el principal territorio mundial de producción de aceite de oliva. Es la feria de las ferias del aceite de oliva. Una iniciativa que posiciona a Jaén y a su producto estrella en el mundo, y eso no es poca cosa en materia de intangibles y de promoción para esta bienal que Jaén ofrece al mundo en años impares como escaparate de primer nivel.

Y la nueva fecha creo que es oportuna, a caballo entre el fin de la campaña y de la llegada de la nueva, para reflexionar, valorar y hacer balance de dónde venimos, así como para subrayar dónde estamos para finalmente predecir cómo se presenta la venidera campaña oleícola, que ya será la 2021/2022. Y en esa fecha ya estará a pleno rendimiento el Palacio de los Deportes Olivo Arena, infraestructura que también se podría optimizar como complemento de ferias, muestras y grandes eventos.

Ahora de lo que se trata es que las adversas circunstancias mejoren, de trabajar con rigor por organizar una buena Expoliva, por diseñar una gran feria en la medida de las posibilidades, por pulir cualquier deficiencia, por incrementar su marchamo internacional y por presentar un variado programa y una atractiva propuesta para que siga gozando de la confianza y del beneplácito de expositores, empresas, profesionales y visitantes desde un marcado y exclusivo carácter profesional. Y si es con el cartel de completo, mejor que mejor; porque eso sería una buena señal de que la vieja normalidad ha vuelto. Aunque lo relevante ahora es que se ha dado un paso al frente en un futuro que no está escrito y que habrá que trazar en función de cómo vengan dados los acontecimientos.

*Asensio López, director de la revista Oleum Xauen

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