La cooperativa San Vicente de Mogón se encuentra en plena campaña de recolección en el que será un año de inflexión. En primer lugar, porque se están ampliando, modernizando y adecuando las instalaciones con una inversión de 2,5 millones de euros. En segundo lugar, porque “nos encontramos ante una campaña de récord en la que esperamos superar los 5 millones de kilos de aceite de oliva virgen extra de producción gracias al incremento de socios, que en un año ha sido de 300 para alcanzar la cifra actual de 1.400. La adaptación de la cooperativa se hace para reforzar nuestra estrategia de diferenciación y apuesta por la economía circular. Pero también hay que fijarse en el objetivo de reforzar la imagen de marca orientada hacia el oleoturismo; adecuar las instalaciones para un flujo productivo correcto y ampliarlas con una nueva y más grande envasadora a tenor del crecimiento en variedades y formatos de aceite de oliva y en la importante demanda que tiene nuestro producto”.

La gerente de la cooperativa, María del Mar Manrique, se muestra muy satisfecha por la inversión que se está realizando en un proyecto de adaptación de la almazara para integrar la producción con los visitantes, de forma que habrá dos circuitos independientes pero estrechamente interrelacionados. “Hemos construido una envasadora más grande y completamente adecuada a nuestra demanda. Y eso ha hecho que transformemos el antiguo espacio de envasado en una sala de cata y de audiovisual. También tendremos una tienda física exclusiva para que los visitantes puedan identificar todos nuestros aceites y variedades que se venden con la marca Puerta de las Villas y, por supuesto, adquirirlos. Con estas obras queremos dinamizar la economía local con un proyecto sostenible de oleoturismo y promover el consumo de AOVE y el conocimiento de sus propiedades saludables”, explica.

Pero, a la vez, las nuevas y modernizadas instalaciones de la SCA San Vicente de Mogón divulgarán la importancia del olivar en la conservación del entorno natural de la Sierra de las Villas y transmitirán a los visitantes la importancia de consumir aceite de oliva virgen extra proveniente de olivares vivos, cultivados con técnicas ecológicas y de producción integrada respetuosos con la flora y la fauna, que permiten mantener un ecosistema completo a la vez que desarrollar una actividad económica respetuosa y con una triple sostenibilidad, social, ambiental y económica. “Queremos que los visitantes descubran y disfruten con nuestra mentalidad, con la que producimos un aceite de oliva virgen extra de excelencia mediante sistemas de certificación de calidad en el campo y en la almazara que son altamente reconocidos no solo en los concursos, sino, sobre todo y lo más importante, por los consumidores. Porque, para nosotros, el trabajo para producir un excelente AOVE comienza en el campo, se desarrolla en la almazara y concluye en la mesa del consumidor”, concreta María del Mar Manrique.

Por último, la gerente de la SCA San Vicente de Mogón explica que la apuesta real por la economía circular ha sido una de las claves a la hora de enfocar el proyecto de modernización. “Hemos querido cerrar el círculo completo, porque para nosotros tan importante o más que lo que se produce es cómo se hace. Siempre hemos defendido la importancia de elaborar un aceite de oliva virgen extra cuidándolo desde el campo hasta la botella y por eso queremos aprovechar al máximo todos los recursos que provienen del olivo. De ahí que hayamos construido una planta para el tratamiento de hueso, tengamos en previsión ejecutar el próximo año una planta de compostaje, y hayamos adaptado las instalaciones a los puestos de trabajo que hemos ido creando a lo largo de los últimos años. Demostramos, con hechos, la triple sostenibilidad del olivar tradicional: económica, social y medioambiental”, concluye María del Mar Manrique.

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