Alemania, con unas importaciones anuales de aceites de oliva de unas 60.000 toneladas, es el primer consumidor europeo, no mediterráneo, de este producto. Además, con menos de un litro de aceites de oliva de consumo per cápita ofrece unas notables posibilidades de crecimiento en el futuro. “Es una buena noticia, que la locomotora económica de Europa haya apostado por los aceites de oliva. Pero curiosamente los consumidores alemanes todavía no conocen lo suficiente los productos de España”, admitió Pedro Barato, presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, durante el acto de presentación de la última iniciativa promocional lanzada en ese mercado, The Good Life Embassy. “Nuestra posición en el mercado alemán no se corresponde con nuestra posición de líderes mundiales por calidad, cantidad y diversidad. Este año, España va a producir más de la mitad de todo el aceite de oliva del mundo”, señala en un comunicado.

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