Cuando se han cumplido dos meses desde el inicio de la campaña de aceite de oliva 2015-2016, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía pone de relieve lo atípico de este ejercicio, fundamentalmente por las condiciones climáticas que están caracterizando este final de otoño y casi comienzo de invierno, de extrema sequedad y temperaturas primaverales, en torno a los 20 grados durante el día. Estas circunstancias han provocado que la maduración de los frutos se adelante y que, cuando todavía no ha llegado el invierno, muchas explotaciones olivareras hayan terminado ya la recogida frente a otras campañas largas que concluían en los meses de enero o febrero.

 

Nos encontramos, según el responsable del Consejo Sectorial de Aceite de Oliva de la federación, Cristóbal Gallego, ante una “campaña exprés”, como no recuerda ninguna. Esta circunstancia, unida a la mayor producción de aceites tempranos, está ocasionando confluencia de producto para molturación en la entrada de las almazaras, “en lugar de una llegada progresiva y escalonada como en años anteriores”.

 

Por otra parte, el responsable sectorial incide en que los bajos rendimientos anunciados por la federación a finales de noviembre, por debajo del 16%, así como una producción de kilos de aceite por hectárea muy inferior a la de años anteriores, van a afectar al aforo de la Junta de Andalucía. En su opinión, y según se deduce de los datos que se van obteniendo, la producción estimada en 1.030.093 toneladas de aceite de oliva para Andalucía “será el techo”.

 

Cristóbal Gallego asegura que la campaña es tan atípica que “estamos viendo cómo los olivareros de regadío están recurriendo al agua en plena recogida para frenar el arrugado del fruto”, una situación, insiste, “absolutamente fuera de lo normal”.

 

Para el responsable sectorial, los olivares están sometidos a un “estrés hídrico enorme”, que se está evidenciando en una mala formación de los frutos, un bajísimo rendimiento y una menor producción de aceite por hectárea. Por tanto, todas estas circunstancias unidas al carácter vecero del olivo, pueden afectar muy negativamente a la siguiente campaña, de no llegar las lluvias pronto y remediar, en parte, el daño que están sufriendo los olivos este ejercicio extremadamente seco.

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