Un trabajo sobre emprendimiento y empresa familiar, realizado en almazaras de la provincia de Jaén, en el que ha participado el profesor de la UJA José Moyano Fuentes, ha sido doblemente premiado por la influencia que está ejerciendo a nivel mundial. La UJA informa en un comunicado que se trata del trabajo titulado “Riqueza socioemocional y riesgo en empresas familiares. Evidencia en almazaras españolas” (Socioemotional Wealth and Business Risks in Family Controlled Firms: Evidence from Spanish Olive Oil Mills), en el que junto a José Moyano han participado Luis R. Goméz-Mejía (Texas A&M University), Katalin Takács Haynes (University of Delaware), Manuel Núñez-Nickel (Universidad Carlos III de Madrid) y Kathryn J. L. Jacobson (University of New Mexico).

El trabajo, publicado en 2007 en una de las mejores revistas del ámbito de Gestión, Administrative Science Quarterly, examina la historia de 1.298 almazaras de la provincia de Jaén durante más de 50 años para comprender cómo la propiedad de la familia en las empresas familiares influye en la asunción o toma de riesgos. “El hecho de realizarlo sobre almazaras de la provincia de Jaén aporta un valor añadido al estudio, pues es uno de los pocos trabajos sobre gobierno corporativo que utiliza datos no convencionales en un entorno internacional, en contraste con los intensamente utilizados basados en datos de empresas de Estados Unidos”, señala el propio José Moyano.

El artículo desafía la idea predominante hasta ahora de que las empresas familiares son más adversas al riesgo que las empresas no familiares, debido a la concentración de la propiedad en una única empresa. Este enfoque tradicional no considera que los propietarios de las empresas familiares estén interesados no solo en conseguir objetivos financieros (beneficios), sino también en objetivos no financieros, como es, el preservar la llamada riqueza socioemocional. Este nuevo término engloba aspectos no financieros de las empresas familiares vinculados a la capacidad de ejercer poder, la satisfacción de necesidades de pertenencia, afecto e intimidad, la perpetuación de los valores de la familia a través de la empresa, la preservación de la dinastía familiar o la conservación del capital social de la familia. “Perder riqueza socioemocional implica pérdida de intimidad, reducción del status y fallar en el cumplimiento de las expectativas de la familia”, indica el profesor de la UJA.

Los resultados alcanzados en el trabajo muestran que cuando las empresas familiares se enfrentan con decisiones estratégicas excluyentes, pero con distinto nivel de riesgo optan por la decisión que suponga preservar su riqueza socioemocional, aunque ello suponga adoptar la decisión más arriesgada. En concreto, y para la población analizada, se observa que entre elegir asociarse a una cooperativa, lo que supondría conseguir mejores resultados financieros y mayores posibilidades de supervivencia (menor riesgo), pero que conlleva una pérdida de control familiar o permanecer independientes, lo que supondría mayores posibilidades de que los resultados financieros decaigan y un aumento de la probabilidad de fracaso (mayor riesgo), pero conlleva retener el control familiar, la opción vencedora es esta última, esto es, adoptan la decisión de asumir más riesgo para conservar su riqueza socioemocional. Al mismo tiempo, los resultados señalan que la predisposición a retener el control es más alta en aquellas etapas donde la influencia familiar es más fuerte, que se produce cuando la riqueza socioemocional es más alta. Es decir, cuando la empresa está en manos de sus fundadores o de los herederos de los fundadores.

Asimismo, se observa que cuando la empresa familiar se desvía de la meta de referencia a lograr (esto es, de los resultados que ha obtenido en el pasado o de los resultados medios que obtienen las empresas de su sector) está más predispuesta a invertir en proyectos inciertos (con más alta variabilidad de resultados), lo que significa que asume más riesgos para no poner en peligro la riqueza socioemocional de la empresa.

De este modo, y con el objetivo principal de preservar la riqueza socioemocional, las empresas familiares pueden ser al mismo tiempo aversas al riesgo o más predispuestas a asumir riesgos debido a que la principal motivación de los propietarios es retener el control familiar, y con ello, mantener su dotación socioemocional.

Una de las implicaciones de este estudio es que las empresas familiares pueden ser tan racionales como la no familiares cuando se enfrentan a decisiones empresariales arriesgadas. A pesar de ello, el criterio para juzgar si la decisión es arriesgada o no varía para los dos tipos de empresas. Para las familiares, un criterio clave es si con la decisión adoptada se mantendrá su riqueza socioemocional. Como demuestra este artículo, estas empresas están dispuestas a enfrentarse a una mayor variabilidad en los resultados para así no poner en peligro su riqueza socioemocional. Para las empresas no familiares, los criterios financieros son los más importantes cuando se evalúa el valor de una decisión empresarial, ya que no están movidas por la necesidad de proteger su riqueza socioemocional. “Las empresas familiares están predispuestas a asumir pérdidas financieras y soportar una mayor probabilidad de fracaso para mantener el control de la empresa. Ambos tipos de empresas asumen mayores riesgos deseando no fracasar, aunque la naturaleza del riesgo y el punto de referencia usado (financiero versus socioemocional) son muy diferentes”, matiza José Moyano.

Por último, del trabajo se desprende que las empresas familiares en todo el mundo emergen y sobreviven a través de generaciones no porque sean más eficientes y más rentables como forma de organización, sino porque ellas se ajustan a las necesidades socioemocionales de los propietarios. “En un contexto como el actual de crisis, las empresas familiares, que emplean a un alto porcentaje de la población, estarían predispuestas a continuar con su actividad y con ello mantener su riqueza socioemocional, aunque obtengan beneficios modestos, consiguiendo de este modo mantener los puestos de trabajo”, sentencia José Moyano. 

En la actualidad, las empresas familiares representan entre un 50-80% del PIB de la mayoría de las economías del mundo. Concretamente en España, este tipo de empresas aportan en torno al 65% del PIB, suponen el 85% de las empresas españolas y su contribución al empleo es del 42%.

Premios recibidos

El primero de los premios con el que ha sido galardonado este trabajo es “The 2013 Greif Research Impact Award”, otorgado por el Lloyd Greif Center for Entrepreneurial Studies de la Universidad of Southern California, que se concede a los investigadores que han publicado el artículo de investigación sobre emprendimiento de mayor impacto en los últimos seis años en revistas de alto nivel tanto sobre emprendimiento como sobre gestión. Este impacto se mide a partir del número de citas recibidas de otros trabajos publicados en revistas de prestigio internacional (que figuran en el Social Science Citation Index) en los cinco años siguientes a su publicación. El premio, dotado con 5.000 dólares, fue entregado este pasado mes de agosto en el marco del 73º Congreso Anual de la Academy of Management celebrado en Orlando (Florida), siendo la primera vez que es conseguido por investigadores españoles.  

El segundo reconocimiento recibido ha sido “2013 Administrative Science Quarterly Award for Scholarly Contribution”, un galardón que nació en 1995 para reconocer a los autores de artículos publicados en la prestigiosa revista de Administrative Science Quarterly y que hubieran realizado contribuciones excepcionales en investigación sobre dirección y gestión de empresas. En concreto, el premio reconoce al trabajo mencionado como el artículo más significativo publicado en esta revista en los últimos cinco años. Para otorgarlo, un comité integrado por miembros del equipo editorial de esta revista seleccionó los artículos que optaban al premio. A continuación, analizaron el número de citas recibidas y evaluaron cualitativamente la contribución científica del artículo en el avance del conocimiento. En concreto, el tribunal evaluador enfatiza la novedad y la potencia del concepto de riqueza socioemocional que incorpora aspectos no financieros dentro de la función de utilidad de las empresas familiares.

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