El sector agroalimentario de Andalucía debe prepararse a fondo para afrontar la nueva etapa a la que se va a enfrentar en los próximos años como consecuencia del impacto que los cambios demográficos, la revolución tecnológica o los cambios climáticos y la escasez de recursos van a tener en su actividad. El informe, “Claves para la transformación del sector agroalimentario andaluz”, elaborado por PwC por encargo  de CESUR, Asociación de Empresarios del Sur de España, analiza los principales retos de este sector así como las acciones que deberá acometer para fortalecerse e impulsar su posición nacional e internacional.

 

El informe ha sido presentado hoy en la sede de IFEJA por Enrique Manso Nerín, autor del mismo y Director de Strategy&, consultoría estratégica de PwC y responsable del subsector agroalimentario de la consultora, con la intervención además de Luis Fernández Prieto, Socio de PwC España y responsable de la oficina de Andalucía, junto con Fernando Seco, presidente de CESUR, y Enrique Acisclo, director general de la Caja Rural de Jaén.

 

Según los datos aportados en esta presentación, el ámbito agroalimentario andaluz genera más de 180.000 empleos directos y una facturación de más de 11.000 millones de euros en Andalucía, un 25% del total nacional. La exportación contribuye en gran medida a la facturación del sector liderado por Andalucía con un 22,9% de las exportaciones agroalimentarias a nivel nacional.

 

El informe revela que el sector agroalimentario andaluz debe intensificar su modernización ante las que denomina “megatendencias globales” actuales: los cambios demográficos, la mutación del mapa económico, el progreso de la urbanización, la revolución tecnológica, la escasez de recursos y el cambio climático. Estas megatendencias harán más necesaria la búsqueda de nuevos mercados geográficos ante el estancamiento de los europeos, provocará un nuevo equilibrio global inclinado hacia la zona de Asia-Pacífico, acrecentará la tendencia de abandono y despoblación del campo y la brecha entre el mundo urbano y rural (80% del territorio andaluz y un 32% de su población), y creará un entorno más competitivo por la inversión en nuevas tecnologías y la profesionalización de su capital humano.

 

Más tamaño, innovación y eficiencia empresarial

Ante el panorama futuro el informe de PwC y CESUR indica que las empresas agroalimentarias deben ganar tamaño, teniendo que abordar para ello operaciones de fusión o avanzando en el cooperativismo de segundo grado. Sólo las empresas que cuenten con una dimensión suficiente y con una estructura sólida podrán competir y mantener su relevancia en el mercado.

 

En el caso de la industria de transformación, el avance en el tamaño de las empresas vuelve a ser uno de los principales retos, siendo necesario el crecimiento bien a través de operaciones de integración horizontal o de integración vertical de la cadena de suministro. Este aumento del tamaño empresarial presenta además oportunidades para avanzar en el reto de mejora de la eficiencia interna en el ámbito productivo y de modernización de sus estructuras administrativas y de gobierno.

 

Otros retos importantes están ligados a la innovación de los productos y los procesos, para los cuales, la adopción de nuevas tecnologías es imprescindible. En la producción primaria, la gestión de la estacionalidad de las producciones y defensa de precios, la creación de alianzas con los minoristas, la desintermediación, el reconocimiento de calidad y la construcción de marca.

 

En la transformación, es necesario mayor control de proveedores y calidad de materias primas, eficiencia interna en el ámbito productivo y de back office, innovación de productos y procesos, profesionalización de la gestión y cambio generacional, así como la construcción de marca a través de compras selectivas.

 

Como ocurre en el caso de las empresas de producción primaria, la internacionalización es clave para apoyar el crecimiento de las empresas y para ello debe apoyarse en la generación de marca, recurriendo a compras selectivas en el caso de adquisiciones.

 

Como iniciativas para mejorar la eficiencia, el informe propone que es necesario avanzar en la digitalización como han hecho otras industrias, y también en la profesionalización de la gestión, adoptando un enfoque más emprendedor y de negocio, y dotando a las empresas del sector de las capacidades y recursos que necesitan para dar el salto y afrontar la transformación.

 

El impacto del Brexit en la PAC

 

Las consecuencias del Brexit para el sector son analizadas en el informe de PwC y CESUR. El horizonte del año 2020 será un año clave para el sector agroalimentario español por dos motivos: entrará en vigor la nueva PAC, y se producirá la salida efectiva del Reino Unido, que es un contribuyente neto a los presupuestos comunitarios. Ambas negociaciones, la del “brexit” y la PAC post 2020, ocurrirán en paralelo, y de cómo se gestionen en los próximos años y los  acuerdos finales que se alcancen, dependerá mucho la salud del sector en España y en Andalucía en particular, ya que recibe el 25% de los fondos españoles de la PAC.

 

El “brexit”, según un informe de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo (PE), reducirá en 9.300 millones el presupuesto comunitario global. Como la agricultura consume el 38 % del total, la UE podría contar para la PAC post 2020 con 1.200 millones menos en el “mejor escenario”, y con 3.600 millones menos “en el peor escenario”.

 

La nueva PAC post 2020

 

Otro aspecto importante analizado es el nuevo reparto de la PAC que, según valora el informe, dependerá de tres factores: si los países deciden o no aumentar sus aportaciones, si se mantiene el mismo presupuesto para la PAC o si se reduce, y de la reforma de la nueva política, que entrará en vigor a partir de 2020.

 

Por un lado, la oposición de países contrarios a las ayudas agrarias y al aumento de su gasto, como Holanda, Suecia, Dinamarca y Reino Unido, se  debilitará tras la salida de éste último. Estos países, que cuentan con sistemas productivos más eficientes y modernos, abogan por una menor intervención en el sector y que les beneficiaría.

 

A su vez, los fondos de la PAC tendrán que hacer también frente a desafíos crecientes, como la inmigración y tendrá un carácter mucho más ecológico que la actual, en línea con los objetivos del COOP21 de reducción de gases invernaderos, por lo que presumiblemente las ayudas irán más ligadas a proteger los recursos y combatir el cambio climático.

 

Palancas de desarrollo del sector

Ante estos retos, PwC y CESUR proponen en el informe presentado, para la transformación y evolución el sector agroalimentario, avanzar en el desarrollo de una serie de palancas que permitan mejorar su situación actual y prepararse para los cambios que se impondrán en un futuro derivados de las megatendencias y una posible disminución de las subvenciones. Estas palancas de desarrollo son:

-Mejora de la competitividad interna a través de la tecnificación e i+I+D.

-La digitalización como palanca de eficiencia.

-La profesionalización, elemento clave para la competitividad del sector.

-Consolidación e integración vertical del sector.

-Mejora de la competitividad externa a través de la internacionalización.

-El apoyo de otros agentes y elementos facilitadores del cambio.

 

 

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