Esta próxima semana que estrenaremos es de gran importancia para el olivar y para los aceites de oliva. No es una semana cualquiera. Dos hechos descollan por encima de todos los que conforman la actualidad informativa de este estratégico y pujante sector oleícola. Dos noticias que aliviarán a un alicaído sector productor que lleva demasiado tiempo falto de estímulos y acicates para seguir trabajando con ilusión en estos tiempos sumamente complicados.

El primero de ellos es que se impulsará y generalizará la cosecha temprana de la aceituna y con ella la elaboración de los primeros aceites de oliva, por lo que los aromas y los sabores inundarán decenas de almazaras y cooperativas que apostaron por esta bendita aventura que vino para quedarse y para prestigiar la excelencia de los néctares de aceituna. Zumos de brillante verdor, de aroma intenso, de equilibrados atributos, de gran complejidad, de potencia en el frutado; en definitiva, todo un espectáculo de buenhacer y un disfrute para el análisis sensorial.

La cosecha adelantada de los aceites de oliva supone el justo reconocimiento a las propiedades organolépticas de los aceites de oliva, a su potencia sensorial y a sus bondades saludables. De producciones aún limitadas, sería oportuno aumentar mercados y consumidores que sepan apreciar el esfuerzo y la excelencia de un producto sin parangón que tiene un esmerado y costoso proceso de producción, que genera beneficios  para los sentidos y porque, con una hoja de ruta bien estructurada y planificada, se mejora la cuenta de resultados al producir valor añadido.

Y el segundo asunto de especial importancia en esta semana es que los olivareros recibirán a partir del próximo día 16 de octubre el adelanto del 70 por ciento de las ayudas de la Política Agraria Comunitaria (PAC) para dar vida a unas depauperadas cuentas por mor de los precios bajos del aceite de oliva que se arrastran desde hace dos campañas en el mercado de origen, aunque ahora parecen querer resucitar mínima y paulatinamente. Un maná procedente de Europa que debe servir, además de para mantener unas rentas dignas para los agricultores, para apostar por la sostenibilidad, la innovación y el desarrollo rural, entre otras cuestiones.

*Asensio López, director de la revista Oleum Xauen

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