UPA Jaén tiene muy claro que la PAC debe ter un reparto más justo y social. Por eso reclama al Ministerio de Agricultura una convergencia más equitativa y progresista que blinde las explotaciones familiares. “Frente a aquellos que se están posicionando para derogar el real decreto, en el que se incluye una convergencia que impone Europa, poniendo en peligro, incluso, el cobro de las ayudas a partir de 2023, nosotros nos posicionamos en defensa de la agricultura familiar, la que está asentada en nuestros pueblos. Pero también dejamos clara nuestra decepción porque el discurso político del Ministerio de Agricultura va por un lado, mientras que la parte técnica de la convergencia va por otro, a la vez que lamentamos que la Consejería pretenda que nadie pierda, dando a entender que está en contra de los techos de ayuda, de la degresividad de las mismas o del pago redistributivo”, aseguran desde la UPA en Jaén.

El secretario general de la UPA en Jaén, Cristóbal Cano, ha analizado en profundidad el real decreto de transición de las ayudas y la convergencia planteada por el Ministerio. “No vamos a hablar de territorios, vamos a hablar del modelo que hay detrás de las explotaciones. Nos preocupa que pierdan algunos pequeños y medianos agricultores de la inmensa clase media, el modelo que sustenta al sector en nuestra provincia y en Andalucía. Y el que habla de forma homogénea de la PAC y de la convergencia está confundiendo. Con nuestros datos, en la provincia Jaén el 40% ganará con la convergencia, el 10% se quedará igual y el otro 50% va a ver disminuidos los recursos. Dentro de este grupo, en el que están los que venían perdiendo desde 2015 un 6% anual, solo el 20% va a ver aumentada esa penalización. Y nosotros solo escuchamos, por parte de la Consejería y de determinados agentes del sector, hablar de los que pierden. No se puede decir de forma categórica que la convergencia sea buena o mala. No es homogénea, no cabe un discurso único, porque afecta de forma personal a cada perceptor, no es como otras reducciones del pasado, como la modulación del año 2014, en la que sí hubo pérdidas para todos los pequeños agricultores sin excepción. Hay muchas percepciones y nosotros ponemos el foco en la agricultura familiar que está asentada en nuestros pueblos”, expone.

Cristóbal Cano recuerda que en los años 2021 y 2022 están marcados por el periodo transitorio que tiene como objetivo que no se pierdan las ayudas hasta que arranque el nuevo periodo en 2023. “En estos dos años tendremos un reglamento que posibilitará que los agricultores y ganaderos sigan cobrando las ayudas PAC. Para ello, impuesto por la UE, era necesario avanzar en la convergencia que condiciona la percepción de las ayudas y está dentro de la filosofía comunitaria para que dos agricultores que tengan el mismo cultivo en la misma zona no tengan diferencias muy grandes. En Jaén hay tres regiones básicamente de cultivos leñosos, Sierra Segura y Cazorla, La Loma y la más amplia la 20.2 que comprende Sierra Morena, Campiña Norte, Campiña Sur, Sierra Mágina y Sierra Sur”.

“Con los datos que teníamos en septiembre y octubre de 2020, la consecuencia de la convergencia es que redundaría en el beneficio de la gran mayoría de perceptores. Esta interpretación se la hicimos llegar al Ministerio y nos dijo que era correcta. Pero después van saliendo nuevos datos del propio Ministerio y empezamos a ver cosas que no nos gustan, situaciones que no son deseables y que son corregibles. A primeros de febrero retomamos el contacto con el Ministerio y le pusimos encima de la mesa un informe mediante el cual, aplicando criterios de discriminación positiva para explotaciones familiares, pequeñas y medianas, es posible otra convergencia, y cumplir con la imposición de Europa sin que haya un daño colateral para explotaciones familiares que estén por encima de la media”, explica.

A juicio de UPA Jaén, el principal problema es que se ha hecho una aplicación lineal de la convergencia. Al respecto, Cristóbal Cano matiza: “En cualquier aplicación lineal, los que más perdemos siempre somos  los pequeños y medianos agricultores, porque no es lo mismo aplicar el mismo recorte lineal al que cobra 300.000 euros que al de 3.000. Por eso instamos al Ministerio para que se pongan criterios de discriminación positiva, para que las explotaciones se queden con el mismo ritmo de convergencia teniendo en cuenta el tamaño de la explotación, el valor del derecho y el importe total de ayudas. De forma que a los que tienen importes absolutamente desproporcionados, esa convergencia les repercuta más. Es lógico que haya una redistribución más social y equitativa entre agricultores de la misma región. Es perfectamente entendible que haya una convergencia para que no existan diferencias tan escandalosas”.

Por último, UPA Jaén seguirá trabajando para que la futura PAC defienda a la agricultura familiar. “No se debe variar el foco sobre lo que va a pasar a partir de 2023. Para eso es fundamental la negociación de este año, cuando se tiene que terminar, y aprobar por Bruselas, el Plan Estratégico Nacional. Y ahí trabajamos activamente poniendo encima de la mesa cuestiones como el reconocimiento del agricultor pluriactivo como genuino, los techos de ayuda, las ayudas asociadas al olivar, la degresividad de las ayudas, el pago redistributivo, programas sectoriales para el olivar y una PAC con perspectiva de género. Ahí estará la UPA de Jaén. Donde no estará es en pregonar una falsa defensa de los pequeños y medianos agricultores para perpetuar privilegios de los que no los necesitan”, concluye Cristóbal Cano.

Entradas recomendadas