Reflexiono en esta tribuna sobre la revolución y el salto cualitativo que ha supuesto el adelanto de la recolección de la aceituna, todo un acontecimiento digno de subrayar. Sin pretender aguar el aceite ni desandar lo andado; entiendo, desde la suma de esfuerzos, desde mi militancia activa en la mejora del sector oleícola y reconociendo el hito producido, que queda mucho por hacer en la provincia de Jaén respecto a este inédito fenómeno de la cosecha temprana desde hace dos décadas.

Un fenómeno que tiene que tener como uno de sus grandes objetivos la generación de valor añadido y de riqueza, más allá de elevar el listón de nuestra autoestima con la obtención de los mejores zumos de aceituna fresca, de simbolismos varios o de exhibición del AOVE más top, que por supuesto pueden ser planteamientos muy legítimos. Sin embargo, entiendo que la razón de ser de este cultivo y de este producto tan estratégico debe ser la generación de dicho valor añadido y la mejora de las rentas. Y en eso habría que poner toda la carne en el asador.

Para eso hace falta que se apueste de verdad y con un mayor compromiso por el adelanto de toda la recolección, la temprana, la madura y la generalizada, sin interrupción, de forma continua y continuada. Porque hasta ahora lo que se está recolectando de forma temprana es una cosechilla, que puede ser positiva como punta de lanza para el resto de aceites, pero como dicen en mi pueblo “con ese melón no se llena el serón”, por lo que hace falta una mayor producción, muchísima más producción de aceite temprano y, sobre todo, comercializarlo a precios adecuados y ajustados a la calidad y a la excelencia del producto que se ofrece, nunca banalizarlo.

Hoy, veinte años después de que los primeros valientes aceiteros apostaran por este producto gourmet, se han mejorado las cifras y el sector productor se ha subido a este carro de los aceites premium, verdes, frutados, tempranos y otros epítetos de índole varia. Pero tengo dudas de que todos los productores lo hagan por convicción, quizás algunos por moda, por comparación porque lo hace el vecino o la competencia o porque realmente lo creen firmemente con evidente certeza.

Las cifras son tozudas y marcan tendencia. Es verdad que de no haber cosecha temprana se ha pasado a tener varios miles de toneladas en la provincia de Jaén, lo cual es una gran zancada, un paso positivo que hay que remarcar, pero no deja de ser una cosechilla. Para hacernos una idea, en la provincia de Jaén se producen cada campaña una media de unas 500.000 toneladas de aceite de oliva y la cosecha temprana sigue siendo muy escasa y en algunos casos testimonial, o dicho de otra forma: debería de ser mucho más grande y generalizada.

Sirva como dato que en este pasado mes de octubre no se ha llegado a las 7.000 toneladas en la principal provincia productora del mundo. Jaén ha producido 6.658 toneladas de aceites de oliva cuando en Sevilla la cifra se ha elevado a las 15.453; Córdoba ha alcanzado las 9.437 y Badajoz las 5.637, por poner algunos ejemplos ilustrativos. Bien es verdad que, además de por convicción en el adelanto de la recogida del fruto por sus derivadas saludable y económica, entran en juego otros factores y parámetros como la tipología de olivar, las variedades más tempranas o la óptima maduración de la aceituna según las zonas, entre otras circunstancias a tener en cuenta.

En cualquier caso, sería injusto no reconocer el trecho recorrido, algo en lo que tiene que ver el sobresaliente trabajo de algunos hombres y mujeres de la provincia de Jaén y algunas instituciones, como la Diputación de Jaén, que apostaron y apuestan sin fisuras por este fenómeno de la cosecha temprana. Por eso da alegría ver ese Paseo de la Constitución de Baeza petado de excelsos picuales, pero daría más satisfacción que la cantidad total de aceite temprano la eleváramos de forma exponencial y la cosecha se recolectara sin solución de continuidad porque eso sería señal inequívoca y palmaria de más valor añadido y más riqueza para una provincia como Jaén que la necesita con urgencia.

*Asensio López, director de Oleum Xauen

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