El director general de la Industria Alimentaria, José Miguel Herrero, ha destacado que la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, actualmente en tramitación parlamentaria, constituye una gran oportunidad  para generar valor en todos los eslabones que la forman y que con la nueva regulación se eliminarán las malas prácticas y abusos entre operadores.

Herrero ha participado en la tercera edición de la Universidad de Verano que organiza Mercabarna con la colaboración de la Universidad Pública de Calatuña, con una ponencia titulada “Oportunidades y retos ante la reforma de la Ley 12/2013 de la Cadena Alimentaria”. En su intervención ha asegurado que el objetivo de la norma es “proteger al eslabón más débil, que siempre ha sufrido los vaivenes del mercado y que es necesario que tenga una justa retribución por lo que produce”.

El director general de la Industria Agroalimentaria ha destacado que en los peores momentos de la pandemia, durante el confinamiento en los domicilios, no solo se puso de manifiesto la robustez de la cadena alimentaria, sino que también recuperamos el valor de los alimentos, algo que habíamos perdido durante la última década, y que es objetivo clave de la política alimentaria del MAPA.

La reforma de la ley de la Cadena Alimentaria permitirá incorporar al derecho español la Directiva 2019/633 de la Unión Europea sobre prácticas comerciales desleales. Además, con la nueva ley se pretende generar valor a lo largo de la cadena, blindar los costes de producción, impedir banalizar el producto con determinadas promociones y dotar de herramientas eficaces al eslabón más débil para una negociación en igualdad de condiciones.

Herrero ha señalado que junto con estas reglas establecidas en la ley, el sistema de vigilancia y control y el régimen sancionador van a permitir configurar un sistema que genere confianza. Con esta reforma también se  refuerza el papel y la importancia de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) como autoridad de control nacional.

En su intervención, el director general de la Industria Agroalimentaria ha comentado que la pandemia ha cambiado nuestras prioridades. Ahora los ciudadanos primamos más la salud, nuestro tiempo, el medio ambiente y el placer gastronómico, y todo ello va a condicionar nuestra forma de consumir, lo que tendrá repercusiones para el conjunto del sector agroalimentario.

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