El sector oleícola llega a los últimos días de 2017, en plena campaña de la recolección de la aceituna, que ha sido un año muy rentable económicamente gracias a la buena cotización de los precios de los aceites de oliva en el mercado de origen, en un ejercicio muy seco y con un olivar que implora agua.

 

Concluye 2017 en un sector del olivar y del aceite de oliva caracterizado por una campaña, la 2016/2017, poco generosa en términos de pluviometría y de gran rendimiento económico como consecuencia de un escenario sostenido de buenos precios por encima de los 3,5 euros el kilo en origen y una cifra más que notable en las exportaciones.

 

Esto ha dado como resultado el reforzamiento del liderazgo oleícola mundial de España, no sólo desde el punto de vista cuantitativo, pues es el depósito internacional de aceite de oliva, a lo que se añade que es ya líder también en el aspecto cualitativo, como atestiguan los numerosos premios y distinciones que acaparan los vírgenes extra españoles en los principales concursos que reconocen la excelencia del producto.

 

España es el mayor exportador de aceite de oliva de los 58 países que ya lo producen, la mejor grasa vegetal que exporta a cerca de un centenar y medio de países, y que es un referente incuestionable ya en Estados Unidos, donde ha desbancado ya a Italia de su hegemónica posición exportadora, además de asentarse en otros mercados y de abrirse hueco en otros nuevos y emergentes.

 

Explican esta posición dominante de España en el mercado oleícola algunas cifras como que sólo la provincia de Jaén, el territorio mundial más productor, ha producido en esta pasada campaña más aceite de oliva que Italia, Grecia y Túnez juntos, al acusar estos países los efectos de la sequía, cuyo impacto será más manifiesto ahora en la provincia jiennense en la presente campaña 2017/2018.

 

Otro dato que revela la posición de dominio de España es su capacidad exportadora, pues de los casi 1,3 millones de toneladas de aceite de oliva producidos en la pasada campaña, más de 954.000 fueron destinadas al mercado exterior frente a las casi 458.000 que se consumieron en España, lo que totalizó una comercialización de 1.412.000 toneladas de aceite de oliva entre octubre de 2016 y septiembre de 2017.

 

Y eso que la pasada cosecha fue catalogada de media, y aunque no se ha superado el récord de producción de la campaña 2013/2014, establecido en casi 1,8 millones de toneladas en España, ni el de exportaciones, fijado en algo más de 1,1 millones de toneladas de aceite de oliva, sí se ha superado en ésta su valor económico en términos relativos al estar el precio del aceite de oliva en cifras más elevadas.

 

Así lo han reconocido a Efe los responsables de aceite de oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Cristóbal Gallego; el gerente y portavoz de ASAJA-Jaén, Luis Carlos Valero, y el secretario provincial de la COAG en Jaén, Juan Luis Ávila, quienes destacan que 2017 ha sido “un año bueno en cuanto a rentabilidad, en calidad y en liderazgo de España en el sector del aceite de oliva”.

 

Esta circunstancia la contraponen con los adversos efectos de la climatología sobre el cultivo del olivar, sobre todo de la prolongada falta de lluvias en el de secano e incluso en parte del de regadío en esta pasada campaña oleícola de contrastes, con su luz -precio- y con su sombra -sequía-.

 

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